V

Soy
probablemente la más fuerte
de tus paredes.
La que soporta verdades;
por eso las cuelgas sin cuidado.
Los clavos rompen, agrietan,
por más corsé que me ponga.
Hasta que me vea así,
vieja y quieta,
como una reina wayúu,
de las que se eligen por decreto,
no por el friso.

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