Sigo creyendo en ti,




te encierran
y vuelas en estas manos
por doquier.

Te disparan en la cabeza.

El sonido
nos despierta,
aquí adentro
allá afuera
cuando pensamos.

Sigo buscándote;
queman tus ojos
y tu frente,
se los ponen
en los huecos.

No ven.
No ven.

Horizonte en mi canto.
en las canas de una señora
que hace recular al monstruo
como si fuera una madre.

Nos bendice.

Creo en la mirada joven,
con el temor necesario
para decir ya vengo,
voy a perderme en las calles de humo
abrazada a los colores.

Piensa siempre
que ya vengo, má.

ya vengo, pá
vengo, hermanito de sangre
y nación.

Es posible que mi cuerpo
envuelto en lodo
o en una mezcla de interrogación,
no diga mucho.

Pero tú sabes que estoy,
sabes dónde está la casa.
Di que ya vengo
contigo.


En el vientre de una buena mujer
yo quedo.
 en el morral del estudiante
lleno de párrafos a futuro.

Yo soy la pasión de los que no pueden,
mucha gente y poco miedo.

La calle emancipada,
hecha a pie.

Creo en ti, Libertad
que haces temer,
siendo hermosa.

¡Por eso mismo, pues,
por eso mismo!

Te atacan,
te encierran ,
te queman,
te desnudan;

te desnudan.

quieren ver
de qué estas hecha
por dentro.

te muestras sublime
y no te ven.
Por eso mismo.

¡Eres bella,
Libertad!

¡Eres bella!
¡Eres tan bella!

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