Cierto anhelo



No detesto más


a la señora aquella

perfumada.



Una vez me cerró

el ascensor.


Vende los juguetes

su niña.



Sonríe como de espejo.




Compadezco al tipo ése

el de los panes,
el estricto, el largo. 



Ahora sí responde.

No manda a leer
                       precios.


El pantalón le baila,
                       espera algo.



Ya no son infames.


Todos

todos


andan con cierto anhelo.


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