Por mi casa

Por mi casa se la pasa un tipo que se parece full a Charles Aznavour. Yo siempre me le quedo mirando, imagino que es él; creo que ha notado amor en mis ojos, pero no quiero que me hable nunca, nunca en su vida. No sé si es loco, malandro, casado, un borracho, un profesor, un espíritu burlón. Sólo quisiera verlo, verlo, verlo y que no me hable nunca. Mirarlo pasar, como pasa, con su chaqueta de cuero negra y su peinado. Se sienta a comer y conversar con algún amigo en la panadería. Yo lo miro eternamente, aunque paso rápido y no le hablo, para que tampoco me hable. No lo escucho, veo cómo mueve su pequeña boca al hablar. Creo que dice “La Bohéme, la bohéme, ca voulait dire tu es jolie”. Sus cejas pobladas, su rostro finamente ovalado, su tez morena. No sé de qué color exacto era Aznavour, nunca pude verlo en persona. Si yo fuera no el tiempo, sino su paso, me hubiera quedado en su piel. Sería una zanja, una de las más profundas; de risa, llanto, canción y quizás muerte. Espero nunca me hable. Nunca sabrá.

No hay comentarios:

Publicar un comentario